(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-
jueves, 4 de agosto de 2022
viernes, 1 de octubre de 2021
domingo, 26 de septiembre de 2021
Velo sobre tul para capucha
Tapar el rostro con velos y otros tejidos ha sido muy frecuente hasta no hace mucho en nuestra cultura. Pervive en los tocados ceremoniales -bodas en general, alguna ceremonia fúnebre de alcurnia y otros actos de tronío-, con la tendencia a no tapar el rostro, sino los ojos, como mucho, siempre permitiendo la visión.
Fue utilizado en otras épocas para viajar, por hombres y mujeres, y guarda relación con los antifaces y las máscaras.
Y continúa sin ser percibido como tal en el uso de pasamontañas y bragas de cuello subidas hasta los ojos en el ámbito urbano, fuera de lugar salvo a muy bajas temperaturas.
Se ha vuelto cotidiano con nuestras mascarillas y la necesidad de cubrir la parte en peligro de nuestro rostro: fosas nasales y boca.
Pero también las gafas de sol nos tapan, preservan nuestra mirada y gran parte de nuestra expresión: la dejan en nuestra intimidad a salvo de curiosidades.
Este es un tema que me interesa por el mantenimiento del incógnito o de la intimidad de la expresión personal, con el descanso que conlleva a veces,.También y a la vez por la posible "despersonalización" de los individuos. Y por las aristas y aspectos que surgen de ambas situaciones y lo que pueden revelar.
Saltan chispas si extrapolamos esta situación a la de otras culturas, mirándolo con nuestros miopes ojos colonialistas -lo queramos ver y reconocer o no-, con esta manera de no razonar y menos dialogar actual, en la que solo hay blanco y negro, conmigo o contra mí, sin matices ni discurso intermedio, sino falaces "el discurso", en los que no se discurre nada ni por ningún sitio, sino que cada mindungui se aferra a cuatro tópicos "creados" por los "creativos" de sus empresas "hasesoras" de marquetin, su periódico, partido político, grupúsculo o agrupación ceporra, que repite sin parar y enarbola como bandera para asestar golpes al "otro" en su habitual competición por ver quién la tiene más larga, sean mujeres u hombres, de todo signo y cultura e incultura.
Dedicado con cariño a todos ellos, que nos haen el mundo tan poco grato
lunes, 28 de junio de 2021
Corsé -stay- two bodices
Vistas de esta prenda interior, corsé siguiendo los modelos renacentistas, con armadura de médula de mimbre, metido en los canales cosidos con el tejido exterior -un incierto tejido con bastante algodón, supongo-, y el forro de algodón 100%, de los usados para hacer fuertes sábanas tan difíciles de planchar a mediados del siglo XX-.
Los lazos de organdí blanco son un recuerdo de Curro, que regentó hasta su fallecimiento la tienda de pasamanería Flecoster, de los que tan gratos recuerdos tengo y a los que echo de menos.
Unen las dos partes de los tirantes, que van caídos respecto al hombro.
El cierre, situado en la espalda, es con corchetes metálicos. El body o corsé está hecho para una persona muy querida de talla y talle menor que el maniquí que aquí lo viste, por lo que he recurrido para cerrárselo a un cordón.