SOCIEDAD DE DILETANTES (, S.L.) & PAAARTNERS

(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

martes, 30 de noviembre de 2010

Desolado señal huella ausencia





 Al verlo, me surgió la palabra DESOLADO


pero no sé si lo es (si lo es para alguien más) o fué solo mi mirada, 
es decir, la carga de pesadumbre por tanta infamia en el ambiente
[pinchar sobre cualquier  medio de comunicación]





Al volver a ver esta fotografía tomada hace unos días, también me sugería DESOLADO
y no me lo había parecido al pararme entonces a mirarlo.

Puede traerme la sensación de fogata para calentarse, también de señal dejada allí por alguien 
-¿para quién? ¿para qué?-


y  todo eso a pesar de recordarme gozosamente a esta otra imagen, obra de Jannis Kounellis, que he aceptado siempre sin plantearme lo que quiere decir más allá de HUELLA,  AUSENCIA 



(tomada de aquí -ArtesHoy-)



domingo, 28 de noviembre de 2010

Pensando a partir de "La luz es más antigua que el amor", de Ricardo Menéndez Salmón

Perugino
Crucifixión. Santa María Magdalena dei Pazzi. Florencia

  
En La luz es más antigua que el amor, Ricardo Menéndez Salmón  reflexiona sobre el acto de creación y sus alrededores (el poder y el arte, por ejemplo), a través del escritor Bocanegra, que va construyendo su obra  "La luz es más antigua que el amor", sobre tres pintores de distintas épocas: el humilde e inventado De Robertis (Italia, 1300-1400), Mark Rohtko, real y novelado, y el titánico e inventado Semiasin (siglo XX, comienzos del XXI)

A través del escritor ficticio Bocanegra, la voz que habla del arte y la creaióin es la de Menéndez Salmón, y su reflexión se aplica a la obra literaria y a la obra plástica, atendiendo especialmente a la pintura.

Porque quien en el acto de componer música, pintar frescos, esculpir sobre mármol o levantar catedrales se contempla a sí mismo desde la perspectiva del oficio, no pude por menos que preguntarse: "Todo este esfuerzo, toda esta lucha de vanidades, toda esta ingente escenificación, ¿para qué?" De los demonios que acechan al creador a lo largo y ancho de su tarea, ninguno tan angustioso como la carencia de sentido [..] Porque, por definición, el sentido no es algo que se le suponga a la creación, no es algo que le sea dado ex ovo. Así, del misterio de las sensaciones e impresiones que alimentan su vida, el creador cosecha el misterio de la realización de su obra.


La carencia se sentido de la obra que realizamos, en efecto: para qué hacer lo que hago, lo que deseo hacer, ahora, en este tiempo actual de zozobra e incertidumbre, incluso con peste, como en la época de De Robertis. Para qué hacerlo, más allá de mi vanidad, de la mía pero también de la tuya, si no es porque me impele el deseo de hacerla.

Cuando ese deseo parece que se evapora, surge esta pregunta que es realmente angustiosa: ese espacio blanco, que puede introducir al creador en una "depresión blanca":


Hay días en que Bocanegra se sienta a escribir y lo rodea la nada. Una larga, desalentadora nada. Una nada nada dadivosa. Una nada del tamaño del planeta. No es el famoso bloqueo del escritor, ni la socorrida falta de inspiración, ni el consbido tedium vitae. No: es la pura nada, los poderes de la nada, los ropajes de la nada, la vida en blanco, la página en blanco, los interruptores apagados, las circunvoluciones secas. Postración, desaliento, silencio: nada.


En esa situación de nada, la persona hace sus labores y tareas rutinarias, como si estuviera andando por un hilo en el aire, olvidado de todo lo que antes creó, sin poder encontrar la ligazón con aquel que él era cuando hizo esas obras.



[..] la firma irrevocable de un único modo de mirar entre millones de posibles modos de mirar [..]



Bocanegra, el escritor ficticio,  escribe en su novela sobre Mark Rothko en los años 60 del siglo XX y su obsesivo trazo-horizonte.

 Esta es una hermosa manera de acercarse a la explicación de alguna de las cuestiones subyacentes a la creación: la mirada, entendida como mirada inteligente, obviamente, mirada con poso -y con deseo-.


[..] porque el territorio del artista, de cualquier artista, incluso de uno tan grande como Rothko, es siempre el fracaso [..]

[..] está llamado a la ruina de sus esperanzas.

Prosigue Bocanegra reflexionando, dentro del procesa de creación, sobre la persecución del fulgor interno que se intenta plasmar en la obra, y del que una y otra vez no queda, hecha la obra, sino un pálido reflejo a ojos del creador, que no del espectador.



[..] y la impresión de que el arte puede ser un excelente refugio, un consuelo de primera magnitud frente a las agresiones de la vida.

Bocanegra contemplando las pinturas de la Houston Chapel, considerada la obra maestra de Rothko, y realizada en 1965.

(En otros lugares de la realidad ajenos al arte, pero unidos a él por la mirada, qué consuelo es mirar, mirar aunque sea una pequeña planta asomando por una rendija, y no ver así la fealdad de las ciudades, olvidar aunque sea temporalmente la agresiva asquerosidad del mundo.)

 Mark Rothko
Sin título (Negro sobre gris), 1969-1970

[..] Resulta tentador pensar que la depresión que devora a Rothko se encarna para la eternidad en esas catorce majestades que combinan el raro prodigio de la tiniebla de que están hechas con la paz que su contemplación regala, como si el precipitado de toda la angustia que cabe en el corazón de un hombre diera como resultado la conquista de la dicha por parte de quienes lo contemplan.
¿Qué pintó Rothko en The Houston Chapel? Quizá los misterios de un dios severo: el dolor psíquico transmutado en belleza.[..]


Sigue Bocanegra reflexionando sobre la Houston Chapel, pero lo separo de la anterior reflexión por las consideraciones en torno al dolor psíquico, yla depresión: cómo en estados tan devastadores para una persona, puede ésta crear, hacer que el horror que invade su psiquismo,  lleno de luchas y gritos que le aislan del exterior, puede transmutarse en obras que transmiten paz y producuran placer al espectador. 

Y, añado, y en legítimo orgullo para la persona-artista, cuando  pasado el tiempo de la "depresión negra", situado en un psiquismo más llevadero aunque inestable, vuelve la mirada a sus obras, las obras de aquella época subsumida y socavada, y las encuentra dignas, hermosas. Y se pregunta "¿y yo hice esto entonces, cuando todo era destrucción en mí?"


[..] La creación es un sucedáneo de la existencia, un intento de mímesis siempre fallida, y las galas de la ficcion poco pueden contra las inclemencias de la realidad. La anagnórisis artística es un torpe reflejo de los reconocimientos vitales; cada epifanía leída palidece ante cada injuria sentida.[..]


Habla ahora el autor, Ricardo Menéndez Salmón, de su ficticio escritor Bocanegra enfrentado al mal encarnado en la enfermedad terminal de su mujer. Se habla sobre existencia y creación, y aunque parece chocar con lo expresado sobre el arte como refugio y consuelo frente a las inclemencias vitales, pienso que no es así: se trata de matizaciones que me parece apuntan a la comprensión de la vida psíquica como un continuo flujo, no como algo sólido y estable.


Por decirlo más claramente: lo que nos hace mal y aquello en lo que podemos refugiarnos, no siempre pesan igual: pesa más una vez el daño. Otras veces el refugio cumple su fin.

..........



 Estas son algunos de los pensamientos a los que me ha llevado la lectura de:

Ricardo Menéndez Salmón
La luz es más antigua que el amor
Seix Barral, 2010


Nota: las obras de Perugino y Rothko son mencionadas en este libro como objeto de una larga contemplación por Bocanegra.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Tratándose de otoños, hoja calada



Hablando del otoño como lo hace Pedro hoy en su Acequia, los diletantes, que son gente nada dada a la melancolía, se han entretete-ee-nido en dar salida al dilema del hacer o no hacer con/sobre la hoja calada, como la llamó y como planteó el anónimo comentarista de esta entrada anterior, sobre la posibilidad de que una hoja calada, seca y retorcida fuera una escultura o se hiciera con/como ella una escultura.




Llevaban varios días probando a hacer agujeritos coherentes sobre varias hojas, con resultados insatisfactorios.


Finalmente hoy lo han conseguido, parece.


















La operación, con las debidas distancias (enormes distancias), tiene mucho del essere fiume de Guiseppe Penone, obra que nos encanta a los diletantes y a mí, su asociada.

Porque lo que queríamos era hacer la hoja.

(Pero también, teniendo esa referencia, jugar al juego de Penone. Pero no con una piedra extraída costosamente del lecho del río, no con el conocimiento del escultor, sino con una hoja seca en manos de diletantes con agujas. Y este era el motivo de la duda en la que estábamos en la anterior entrada: jugar o no y cómo)


Los puntitos o virutas que hay junto a las hojas son los materiales quitados a la hoja sobre la que han trabajado los diletantes. Al tocarlos impregnan los dedos y su ámbito de olor a hoja, a hoja seca, no a hoja húmeda, humus.

 En otros diseños experimentales en los que colaboramos los diletantes y yo, trabajamos con hojas que recogimos empapadas en un bosque, y que al ser mojadas de nuevo aroman a humus, aún.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

para mirar (cuestiones diletantes)


Mira la huella que dejó una seta apoyada en un plato de loza


huella o mancha o impronta

pasó

-la recogí en imagen
(temporalmente)

escrituras raíces



un dibujo de hace unas semanas,

que estaba enfriándose en una carpeta

sobre la que juguetean habitualmente los diletantes,

como gordezuelos angelotes revoloteantes

de escritura a raíces...

martes, 23 de noviembre de 2010

lo llamaría escultura



objeto natural encontrado llamado "hoja",  y además seca, retorcida y agujereada de forma natural




 y también pequeño recipiente sin uso



yo diría que es una escultura
o más bien, me gustaría hacer esta escultura, o me gustaría haber hecho esta escultura


Pero ya hecha así es y está perfectamente

No necesita  mi intromisión 

La contemplo. 
Pienso en la distancia entre hacer y contemplar, distancia de deseo y frustración, o de deseo postpuesto.



Recuerdo que se dice que somos lo que hemos visto    (y lo que vemos y miramos y contemplamos)

domingo, 21 de noviembre de 2010

Evelyn Hellenschmidt: esculturas o sueños

Hoja


Hoja, pero también pluma. Algo muy delicado, construido con líneas que son metales, o nervios de los que salen subnervios en una infinita maraña sin embargo ordenada.

Y su  sombra.


Vilano mayor
2007. 70 x 140 x 75. Hierro, cobre y bronce

  
Este Vilano mayor fue la primera obra que vi de Hevelyn Hellenschmidt. La vi en fotografía  y me encantó. Se me quedó grabada.

Hace unos meses, buscando en internet la obra de otro escultor, me encontré de repente con esta imagen tan grácil y grata:






Y esto qué es, qué delicada cosa. Yo querría hacer eso -pense- y encontré el nombre de la artista, Evelyn Hellenschmidt, alemana, que vive y realiza estas hermosas obras en España.
Y reencontré a esta escultora que tanto me gusta




Cómo no desear atrapar con la mirada las obras y sus sombras, pasear entre ellas, girar en torno a ellas, para cogerlas en su totalidad, no en planas imágenes fotográficas.



Barca de arroz
2008. Latón, hierro, bronce

Esta barca metálica que sugiere la ligereza de los juncos, con todos esos palitos -que son metales- cayendo hacia el suelo, apoyándose en él, atravesando esa estructura lineal.



Los perros viven en círculo
2008. Hierro, cobre, bronce

Esta misteriosa creación circular tan centrípeta.. y su sombra.
¿Se podrá acariciar esa corona de líneas, o su sombra?


Bosquecillo
2007. Hierro, latón, bronce

El bosquecillo surgiendo en la ligera hondonada de ese gran plato tan liso



 Hábitat

Esta elegante pieza geométrica con su maraña de sombras proyectadas y toda el juego visual que tiene que producir al moverse en torno a ella para verla.



Algo (¿ramas metálicas, bosquecillos?) protegido bajo campanas de cristal, aunque el metal no necesite protección.




Sutiles formas lineales que crecen desde una base o la atraviesan - y sus sombras-


Segundo plano I

Líneas lanzadas al espacio




Me hubiera gustado hacer un texto más acorde a estas hermosas obras, pero por torpeza verbal,sólo he podido decir estas cosillas.

Sin embargo, aquí lo que importa son las obras de Evelyn, que se imponen a cualquier torpe comentario.  Y yo quería hacer esta entrada para mostrarlas a quien no las conozca, que pueda disfrutar de ellas y seguir atentamente las próximas exposiciones de Evelyn.

Evelyn tuvo además la amabilidad de enviarme fotografías de sus creaciones. 

Gracias por tu obra,  Evelyn:  queremos más
 


domingo, 14 de noviembre de 2010



En esta pequeña obra sobre papel de 2007, con todas esas marcas, puntitos, cuajarones, no hay ni un trazo: son los restos, lo que quedó -al evaporarse en parte y al absorberse por otra- del agua que inundó la hoja, sobre la que había sembrado y sembré cenizas. Los restos que el agua fijó al papel.


Pienso en una inundación y lo que queda al retirarse las aguas (y me doy cuenta de que es su resonancia bíblica lo que me ha llevado a esta expresión).



pienso en papeles viejos, o antiguos -da lo mismo en esta situación- marcados, manchados, rotos, con todas las mareas del tiempo, sin importancia.






traseras de viejos cuadros sin la más mínima importancia



todas esas cosas que se llevará el agua



y sin embargo, persistimos en nuestro hacer, seguir haciendo, aunque sea ceniza

domingo, 7 de noviembre de 2010

dudosa visibilidad






Ángulo ciego es una obra realizada en 2005 con bolígrafo de gel plateado y brillante sobre papel de celofán (brillante también), colocada sobre un papel metalizado (plateado) de brillo satinado (no refleja imágenes, pero sí las sombras al pasar ante él).


La superficie del papel de celofán está cubierta con trazos de bolígrafo como se ve en la imagen inferior, detalle de una obra de realización similar, Lepismas (2004). En estas dos obras la lámina de celofán está sujeta al fondo sólo por su parte superior, lo que le permite cierto movimiento.

Ya se sabe, por corrientes de airecillo, incluyendo la que generamos al pasar junto a la obra.



Los trazos de bolígrafo sobre el papel transparente de celofán se proyectan sobre el fondo (plateado o blanco) sobre el que flota -sólo sujeto por la parte superior-. Se crea así una confusión visual entre el trazo (real) y su sombra.




Tanto el celofán, como el bolígrafo utilizado para los trazos brillan, lo que genera más confusión, pues atrapan vagamente las imágenes que hay delante, y además,  en las zonas reflectantes se pierde o distorsiona el trazo, "no se ve".





La superficie del papel de celofán está ondulada de forma irregular debido a las tensiones de la humedad  que produjo el gel del bolígrafo de los trazos.





Lepismas (2004)






Lepismas está enmarcada sin cristal, para facilitar la visión de toda esta fantasmagoría de reflejos, sombras, brillos y desapariciones, y para potenciarla, al permitir el movimiento de la lámina de celofán, que propicia más confusión.



Ángulo ciego (2005)


Ángulo ciego es un conjunto constituido por la obra en sí,  flotando sobre la cartulina "plateada" y satinada, el marco muy similar y el cristal.

La superposición de la obra sobre el fondo "plateado" transforma el color de los trazos en un plata blanquecino muy tenue. De manera que la obra vista así parece una especie de nube vaporosa blanca donde se agitan trazos.


Al añadir todo el tema de los brillos, sombras proyectadas, y demas fantasmagorías, y al añadir además el cristal, con su propio brillo y reflejos, ocurre que la obra no se deja ver: hay que buscarle el ángulo donde de repente aparece.  

Ese punto o puntos donde es posible la visión varía con la ubicación de la obra, a causa de la luz -supongo que fundamentalmente-  y su despliegue a lo largo del día en una casa sin focos. 

Pero en una sala de exposiciones con sus focos se supone que bien colocados, ocurre lo mismo: la obra aparece en algunos puntos en los que se coloca el espectador, no en todos - se escamotea a la visión-

 
Sí, lo sé y siempre lo supe: la lámina de celofán con sus trazos plateados, colocada sobre un soporte oscuro dejaría ver perfectamente los trazos. Pero esa no era mi intención al hacer estas dos obras y otras más de esta serie.
 
Lo que busqué al hacerla/s era la desaparición, el escamoteo a la visión, la confusión visual, la repentina aparición (¡Ah!, aquí sí se ve).

Y hacer que ante la obra, debamos andar  o bailotear en torno a ella para encontrarla. No mirarla  pasivamente desde un punto fijo y  frontal.

Y estas son las chuminadas o pijoterías a las que nos dedicamos algunos "artistas" plásticos
Nuestras cosillas. Juegos, cosas intrascendentes..
















     






                                      


                                                                                                                         
mientras el mundo anda tan tan descolocado