Luz, espejos, mármol, visillos.El suelo ajedrezado, todas las fotos de las paredes, el reloj que no funciona, la máquina registradora con su imposible rollo de papel ocre, el santito en su peana, la puerta hacia ningún sitio, la escalera a los retretes, las múltiples y aparatosas caídas por ella.
Sus lectores, jugadores de ajedrez, tertulianos, artistas, poetas, actores, estudiantes, farándulas varias, sus camareros músicos, poetas, actores, boxeadores, gente, gente, gente.
El familiar Cafetín, El largo adiós.
Quien no se haya dejado aquí horas y horas, a la mañana, al mediodía, a la tarde, de noche, de madrugada....
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