Es grato pasear por el rastrojo a la hora de poniente, con la luz tan tendida reververando entre los restos rubios tan hirientes y la polvorosa tierra gris calcárea.
Intentar seguir los caminos surcados escuchando cómo se troncha bajo los pies el rastrojo
y pararse a contemplar las extrañas plantas, las malas hierbas que crecen en sus márgenes
las plantas de los baldíos, de las tierras de nadie o de no se sabe quién.
Plantas y tierras mostrencas,
nubes de vilanos atrapados entre espinos
y otros extraños seres cultivados,
protegidos, cubiertos al abrigo de amenazas, formando un mar tan quieto
velados, a la luz que se va yendo
Defendiendose de la naturaleza.
ResponderEliminarCasilda, el texto y las fotos me han cautivado, cómo se sacan imágenes tan bellas de un entorno tan árido
ResponderEliminarAbrazos!
Sí, ponen las redes para defender el cultivo de la acción tan natural de los pájaros.
ResponderEliminarEl entorno, que parece tan árido, es fértil, y la luz del atardecer suaviza el deslumbramiento de la tierra tan calcárea.
Gracias por los comentarios a los dos
tambien me gusta la luz del entardecer sob el rastrojo. me gusta el olor dulce...
ResponderEliminarun saludo casilda