y desde lo alto de la majestad de todos los sueños, ayudante de contabilidad en la ciudad de Lisboa.
Y en la mesa de mi cuarto soy menos despreciable, empleado y anónimo, escribo palabras para la salvación del alma
Pienso a veces que nunca saldré de la Calle de los Doradores. Y esto escrito, entonces, me parece la eternidad.
Bernardo Soares / Fernando PessoaLibro del desasosiegoDe los fragmentos 38 y 86Traducción: Angel Crespo (1984)
¡Qué envidia y qué nostalgia!...
ResponderEliminarVou passar a noite a Sintra por não poder passá-la em Lisboa,
ResponderEliminarMas, quando chegar a Sintra, terei pena de não ter ficado en Lisboa.
Sempre esta inquietação sem propósito, sem nexo, nem consequência,
Sempre, sempre, sempre.
Exta angústia excessiva do espíritu por cosa nenhuna,
Na estrada de Sintra, ou na estrada do sonho, ou na estrada da vida...
Recuerdo que menciona alguna vez un tercer o cuarto piso, sabes en qué número estaba de la famosa -sí, famosa - rua dos douradores? Gracias. Daniël
ResponderEliminarNo, no lo sé Daniël. Quizá en alguna biografía de Pessoa lo indique
ResponderEliminarEncontré una pista : "Al menos el dueño del almacén de la esquina es respetado desde la Rua de Assuncao hasta la Rua da Vitória, es el César de una cuadra.". Muy pessoanamente esto es de una inutilidad soberana y una estupidez ridícula y me puedo imaginar que Pessoa mismo se reiría de esta búsqueda, pero a los mediocres del mundo como a nosotros les encanta hacer caminos de santos e ir a dejar flores a tumbas vacías o a santuarios sin dioses. Como sea, me emocioné verificar mediante google maps, que las calles efectivamente existen, paralelas entre sí y perpendiculares a la Rua dos Douradores, lo que nos da una cuadra donde caminó ese hombre real en su irrealidad. Es como ver las estatuas griegas con imperfecciones, y gracias a esas imperfecciones verificar que fueron personajes reales de carne y hueso, y no idealidades vagas, como gustan decir los eruditos incapaces. Saludos desde mi algo así como Vergulderenstraat. Daniël
ResponderEliminarEs bonito lo que dices, seguir la pista de un fantasma, porque sí, inútilmente. No sé ahora a qué tramo de la calle corresponden las fotografías, tomadas todas desde el lugar del nombre de la rua: hacia el Tajo, y hacia Rossio. Es una calle de traseras, como corresponde a fantasmas huidizos. Y eso me gusta aún más.
ResponderEliminarSaludos y gracias, Daniël, en tu Rua dos Douradores.