La infrutescencia globosa del plátano ornamental, está constituida por aquenios claviformes con penacho.
Los aquenios claviformes pueden ser utilizados para hacer unas obras, una vez desprendidos sus penachos, que son unos filamentos amarillos, brillantes, casi transparente y absolutamente encantadores.
Los penachos se guarda para que no se escapen volando. Su acumulación es muy simpática, con tendencia al apelmazamiento a lo largo del tiempo (unos meses).
La morfología de los aquenios claviformes de la infrutescencia con la que nos tratamos, es muy variada:
Los hay grandes, chicos y chiquitajos, y tiesos o retorcidos.
Terminan en una punta por un extremo*, y en un rabito pedunculante -tieso o torcido- por el otro. Son leñosos y resistentes, no así sus rabitos.
* de ahí su nombre "aquenio claviforme", muy bien puesto.
Para utilizarlos en unas obras, recomiendamos fijar el lugar de la superficie donde se va a insertar cada aquenio con un punto. Por ejemplo, con bolífrafo de gel y rotulador, más una gota de café con leche.
Esta mezcla es divertida y produce a veces una little burbuja muy interesante.
Una vez secada la gota se procede a hacer allí un agujerillo con un objeto punzante (punzón). Y allí se mete el aquenio, previamente encolado. A nosotros nos gusta más hincar el aquenio por el rabito, pero no siempre es posible, pues dada su fragilidad a veces se rompe y se pierde, mira por donde. La base redondeada que queda también se sostiene bien en el agujerillo.
Por supuesto, el aquenio también se puede hincar en la superficie por la punta, y se agarra muy bien. Eso va con gustos.
En el caso concreto de esta obra, "Epidermia", hecha a partir de la lectura gozosa del libro Epidermia de Sara R. Gallardo (véase entrada enterior), la superficie circular sobre la que se asientan los aquenios era un dibujo -circular- sobre cartulina blanca metalizada -o sea, brillante como el papel fotográfico brillante-, donde la Partneer había dibujado hacía tiempo una cosa de esas de mucha paciencia que tanto le van a ella, a base de puntitos de bolígrafo plateado y tenue rotulador gris, y todo ellos absolutamente rallado -y así difundido, disipado y disimulado- con un lápiz de 7H marca Cumberland (tiene afición por esos lápices). Vamos, que era muy sutil-il y no es que se viera mucho aquello.
Así que le robamos su dibujo y nos pusimos a hacer esta obra armados de aquenios, café en abundancia y punzón muy afilado.
Y eso es todo.
Permitidme añadir a la poética de vuestras imágenes la humilde poética de estas
ResponderEliminarInfloraciones
I
Este año no ha florecido la adelfa
y, sin las flores,
al aire han quedado
suspendidas
las canciones de amor
y las barcas han desplegado
las velas.
II
El almendro ha dejado
sobre los terrones
un tapiz de pureza.
Suspiro de amor.
Una exhalación conocida
por la estrechez de los frutos.
Salud
Francesc Cornadó
Una gozada, sin duda.
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