Gracias a Memé, que logró convencer a una "modelo" para plantificarle la coraza-corsé, encerrarla en ella un ratito y que se diera una vueltecita por La Curva.
Las fotos las hizo Memé, la modelo era muy tímida y se tapaba la cara, consciente de que lo que importa en este reportaje es la obra, no ella.
Pese a la aparente incomodidad de la prenda, la llevó con soltura y hasta se encaramó a una banqueta a tomarse una cervecita con la parroquia.
Gracias a Memé, a Ángel y a La Curva
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