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(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

miércoles, 10 de abril de 2019

"Flores, mi señor (banderas)", En La Fontanería Crea












Flores, mi señor (banderas)
2016
Dos obras independientes 
acerca del mandil de santa Casilda:
150 x 34 cm. pieza izquierda, 150 x 42 cm. derecha, medidas totales extendidas.
Organza, abalorios, hilos, lentejuelas / gasa y palito. Montaje con sedal.




Cartela que acompaña a estas dos obras con poema escacharrado
escrito en torno a las mismas.





Vista lateral para mostrar el recogido en forma de mandil







Estas dos obras son mis primeros textiles o vestiditos hechos con toda la intención de serlo, con aguja, hilo de sedal, telas y toda la ristra de materiales que utilizamos las mujeres en nuestros entretenimientos, y además, haciendo florecitas, cosa también muy mujeril.


Vamos, una auténtica labor femenina, ni artesanía siquiera, de esas a las que no se da ningún valor, ni  social ni nada, y ni se les huele la intención cultural -salvo que, tras decenios y por casualidad, los metan en algún museo temático tipo tradiciones populares, trajes y aderezos, artesanía antigua, bordados y encajes....

En cuanto a su temática furiosa, hacen referencia a la leyenda de santa Casilda y su mandil milagrosamente florecido, que les invito que busquen Uds. en Google Wikipedia o demás fuentes de conocimiento, con sus diversas versiones a lo largo del tiempo siempre manoseando algún tema en especial -que si la virginidad, que si la conversión al cristianismo, la piedad, la obedencia/desobeciencia al padre, la mentira piadosísima que, con su poder performativo* transforma la realidad.

Más el romanticísimo tema del enamoramiento -añadido posteriormente- y el del embarazo indeseado de la joven soltera, añadido subrepticiamente en el imaginario de mi época juvenil.


Y a la vez que el sarnoso paternalismo que destila la autoridad del papito en la leyenda -que para eso es rey y moro-, me sublevó en la época que lo hice todo aquel lío de banderas y discursos enconados tan aburrido, contumaz y previsible, que tan paternalista es, por cierto -pater - patria-, y todo su ruido sin sentido y su furia desviando la atención, en lo que consideré y considero "falsos conflictos". Y otros temas similares, que aunque no tuvieran banderas físicas, las tenían y tienen simbólicas.


Otro asunto interesante por sí en la leyenda del mandil, es el del uso de la mentira como defensa ante el poder cuando no se tienen otras armas ni, por supuesto, el mismo poder:


Hablamos del patriarcado y del paternalismo, de la capacidad defensiva ante ellos, de las añagazas que quedan como defensa ante el más fuerte, el que impone y se impone, en su nombre o por sus huevos o bajo la bandera de, una excusa de por mis huevos. Malhaya su vida.


Para más información sobre estos temas, remito a las entradas que escribí en aquella época:




* ¡¡¡¡me parto!!!!!, LO DIJE: 
que no falte una de performatividad
al menos



   MANDILES     BANDERAS    TRAPOS DE COCINA 


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