El lunes Vane, al ir a sentarse a su mesa de trabajo en La Fontanería Crea, se llevó la sorpresa y alegría de encontrar estos dientes de león abiertos.
Los habíamos dejado como estaban, cerrados, con sus tallos ya un tanto amostazados y tristes, colocados en un frasco tras recoger los trastos del taller con vegetales del sábado. En el fin de semana se abrieron sin testigos.
Aún siguen ahí, así, enteros, a pesar de la debilidad de sus tallos.
A raíz de este sorpresa, Vane me sugirió una idea, y ando por ahí armada de tijeritas acechando dandelions cerrados, como en los viejos tiempos, los gloriosos tiempos de los vilanos hasta en el pelo.
Hoy mi criadero ha aumentado con algunos ejemplares más:
Y mientras andaba en otras cosas, contemplando una cría de hoja de chopo de tres centímetros de alto, y tratando de sorprender la apertura de cápsulas verdes de chopo a punto de chorrear su pelusa blanca,
he sorprendido a un diente de león abriéndose, poco después abierto.
Así que los he sacado todos al sol, a ver si se animan y se los llevo luego a Vane en botes para que le alegren aún más su Fontanería.
Y sí, se están animando mucho.
Me gusta mucho más esta manera de estar con los dandelions, senecios y cápsulas de chopo: mientras su vida. Mientras cambian y me sorprenden y me alegran.
Esta Fontanería es un oasis frondoso. Crece la creatividad por doquier.
ResponderEliminarAbrazos
Francesc Cornadó
Así es, Francesc; la Fontanería, que se define como espacio de formación y expresión, a todas luces es un espacio para la creatividad. Un abrazo
EliminarArte en miniatura. Arte vivo.
ResponderEliminarMuy vivo, Xavier, se abren los dientes de león y los senecios y así se quedan. Y ahora me haces preguntarme si siguen vivos cuando ya pasó tiempo desde que se abrieron. Gracias por la nueva cuestión. Un abrazo
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