SOCIEDAD DE DILETANTES (, S.L.) & PAAARTNERS

(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

Mostrando entradas con la etiqueta humo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta humo. Mostrar todas las entradas

lunes, 27 de diciembre de 2010

balbuceo

También de la serie Humo, esta obra casi invisible, cierra la serie con un texto mío en principio privado, un texto que no es un poema, aunque formalmente pueda parecerlo: es sencillamente, que escribo así, distribuyendo las frases y las palabras.





hay algo que quiere salir y no puede

deja que salga pero no puede
  dime eso pero no puede

pero la noche
se me cae encima con sus
 silencios


un miedo que hay


aquí, en la noche

nosotras las inadaptadas. María do Cebreiro

 

De la serie HUMO, realizada hace un año y publicada en este blog y en la web poesia-imagen.com  http://www.poesia-imagen.com, vuelvo a recordar las obras y los poemas ajenos sobre las que hice éstas, las mías obras, con plena vigencia para mí, y conformando todos los textos un discurso sobre la incomunicación, la (im)posibilidad del decir, el encontrar las palabras, el torbellino de nuestro interior. desde el que se verbaliza por fin el deseo.. dentro y contra  este mundo de grandes almacenes y valores que no lo son.

 

Esta obra "Nosotras la inadaptadas" tiene como referencia el poema de María do Cebreiro que se reproduce a continuación, y que tanto aprecio.



nosotras las inadaptadas
huimos del infinito que llevamos en nosotras


Sin nada que perder peregrinamos
en dirección a delfos, y en delfos cultivamos asfodelos
y otros euforizantes
sin marca comercial.
Las sombras desdoblaban el perfil de las campanas,
nunca el de nuestro cuerpo,
y por eso no había puntos de referencia
ni tampoco de apoyo: mundo que remover.
Después nos enredábamos
en la serpiente bífida, los misterios del alma:
dígame cuál es, pues,
la causa de su tristeza.
El abismo dista metros de las paredes del templo
y las hiedras disfrutaban apresándonos.
Allí comprobaremos cuánto de purificación
y cuánto de lejía había en nuestros hálitos
abrasivos
letales.
Abriremos sin miedo
la caja de pandora: es injusto que la esperanza
sea el único atributo.
Sin fe, sin caridad deambulamos por delfos
y también sin las tres
virtudes teologales: alma, corazón, vida.


Queríamos tener, por descontado,
alma (para conquistarte)
corazón (para quererte) y sobre todo vida
(para vivirla junto a ti). Nosotras las inadaptadas
huimos del infinito que llevamos en nosotras
y a veces sospechamos
que la vida reconoce como constitutivos de su esencia
más de tres ingredientes.
Serán pues los caminos del señor realmente inescrutables.


Por eso era tan fácil que nos abismáramos ante
la bendita inconsciencia de tanta finitud.
El acabamiento marca
los últimos principios de lo real.
Y nos enamorábamos de apolo, o mejor de tiresias
porque tiene dos partes 
y varias dimensiones. Y juntos ingerimos fluoxetina
para elevar el ánimo,
en busca del secreto de los seres infinitos
dentro de un mismo ser, del efecto producido
por los alucinogenos. Confundimos después
la parte más externa de la vista
con los cristales de colores.


Recuerdo aquella vez que yo te conocí.


Pero olvido, por contra, pormenores:
en las cortas distancias
los lobos asaltaban pobres niñas
vestidas de encarnado
pasando por encima del árbol de la sangre.


Soy la mujer de rojo,
la de sangre siniestra y temeraria,
la víctima primera de un arte corporal
que consistía en tener
anfibios apresados en las rodillas.


Una palabra mía te podría curar,
a ti que no precisas salvación.
Por qué fuera del cuento nunca 
se sana
sana.
Ni tan siquiera hamlet, armado con su paz,
con mi buril.
hamlet de dinamarca,
a quien mi solo amor hizo inmortal.


María do Cebreiro
Nosotras, las inadaptadas (2002)
en Objetos perdidos 
Trea, 2007

domingo, 17 de enero de 2010

Humo: una explicación




























 atraversados              










  













 balbuceo                 


Humo consta de estas doce obras realizadas por mí con textos ajenos -salvo "balbuceo"- con papeles de fumar sobre papel y la escritura con el texto, que corresponde a un fragmento de texto de un poeta.


Para ver cada una de las obras, se puede pinchar sobre el título puesto bajo ellas, que enlazan a la entrada de este blog, donde se puede ver el texto escrito en cada obra y el texto entero de donde lo he sacado.

Los textos son, por este órden, de Déborah Vukusic, Javier García Rodíguez, Juan Varo Zafra, Ana Pérez Cañamares, María do Cebreiro, Enrique Cabezón, Mª Soledad Sánchez Gómez, Mario Cuenca Sandoval, David Eloy Rodríguez, Alfredo Saldaña, y mío.



Agradezco a todos ellos sus textos: todos ellos me gustan y me han dado voz para decir.



      

miércoles, 13 de enero de 2010

humo





iva e ives. Déborah Vukusic





iva e ives
eran mis amigas cuando niña
vecinas
serbias
con ellas trepaba a los árboles
y nos ensuciábamos
cara y ropa
con resina

iva

e


ives





no las he vuelto a ver en mis viajes a croacia
después de la guerra



Déborah Vukusic

Guerra de identidad
Baile del Sol, 2009 

 

Atraversados. Javier García Rodríguez






ALGUIEN ESTÁ ESCRIBIENDO UN POEMA POR TODA LA CIUDAD
(SOSTIENE MAIAKOVSKI)


Imaginemos que una mañana, las paredes, los muros y las fachadas de una ciudad cualquiera, -pongamos que Oviedo- aparecen atravesadas por versos anónimos (atraversadas, habría de decirse).


Javier García Rodríguez
Líneas de alta tensión
Septem Ediciones, 2009

Cómo pesa la sangre. Juan Varo Zafra





Cómo pesa la sangre y duele y quema las entrañas del alma y se desliza por encima del vacío de ideas que perdieron firmezas para caer, sin tiempo. Casi para percibir que ya no volverían a estar vivas. Y ahí hace la sangre su cosecha de lodos, miedos y tristes tempestades. Continentes enteros olvidados, enterrados en cieno y ansiedad ya no aguardan regresos ni mantienen encendidos fanales a la nada.

Juan Varo Zafra
(inédito)

y he puesto a conversar mi oscuridad. Ana Pérez Cañamares



y he puesto a conversar
mi oscuridad con la oscuridad de fuera


Entonces ¿tú también me ves así?
¿Tú también me ves fuerte?




Porque le echo cayena a la comida,
porque bebo como un hombre
(un hombre que bebe mucho)
porque me he horadado el cuerpo
-y el cerebro-

 porque he parido a cuatro patas
como una hembra en su guarida
porque okupé en Londres
porque he hablado en público
y he lavado y vestido a mi madre muerta
porque me he rapado el pelo
y lo he teñido de amarillo
porque he dormido sola en el monte
y he puesto a conversar
mi oscuridad con la oscuridad de fuera.




Así que tú también me ves fuerte.




Serás de los que te sorprendas
el día que me desplome;
insistirás en que nunca me viste
dar una señal de debilidad
o de abatimiento.




Te equivocarás como todos
y no podré culparte:
toda la vida llevo apoyándome
en esta fama de fuerte.
Sólo yo sé que la fama camina
sobre muletas podridas.




Ana Pérez Cañamares
La alambrada de mi boca
Baile del Sol, 2007


 

nosotras las inadaptadas. María do Cebreiro



nosotras las inadaptadas
huimos del infinito que llevamos en nosotras


Sin nada que perder peregrinamos
en dirección a delfos, y en delfos cultivamos asfodelos
y otros euforizantes
sin marca comercial.
Las sombras desdoblaban el perfil de las campanas,
nunca el de nuestro cuerpo,
y por eso no había puntos de referencia
ni tampoco de apoyo: mundo que remover.
Después nos enredábamos
en la serpiente bífida, los misterios del alma:
dígame cuál es, pues,
la causa de su tristeza.
El abismo dista metros de las paredes del templo
y las hiedras disfrutaban apresándonos.
Allí comprobaremos cuánto de purificación
y cuánto de lejía había en nuestros hálitos
abrasivos
letales.
Abriremos sin miedo
la caja de pandora: es injusto que la esperanza
sea el único atributo.
Sin fe, sin caridad deambulamos por delfos
y también sin las tres
virtudes teologales: alma, corazón, vida.


Queríamos tener, por descontado,
alma (para conquistarte)
corazón (para quererte) y sobre todo vida
(para vivirla junto a ti). Nosotras las inadaptadas
huimos del infinito que llevamos en nosotras
y a veces sospechamos
que la vida reconoce como constitutivos de su esencia
más de tres ingredientes.
Serán pues los caminos del señor realmente inescrutables.


Por eso era tan fácil que nos abismáramos ante
la bendita inconsciencia de tanta finitud.
El acabamiento marca
los últimos principios de lo real.
Y nos enamorábamos de apolo, o mejor de tiresias
porque tiene dos partes 
y varias dimensiones. Y juntos ingerimos fluoxetina
para elevar el ánimo,
en busca del secreto de los seres infinitos
dentro de un mismo ser, del efecto producido
por los alucinogenos. Confundimos después
la parte más externa de la vista
con los cristales de colores.


Recuerdo aquella vez que yo te conocí.


Pero olvido, por contra, pormenores:
en las cortas distancias
los lobos asaltaban pobres niñas
vestidas de encarnado
pasando por encima del árbol de la sangre.


Soy la mujer de rojo,
la de sangre siniestra y temeraria,
la víctima primera de un arte corporal
que consistía en tener
anfibios apresados en las rodillas.


Una palabra mía te podría curar,
a ti que no precisas salvación.
Por qué fuera del cuento nunca 
se sana
sana.
Ni tan siquiera hamlet, armado con su paz,
con mi buril.
hamlet de dinamarca,
a quien mi solo amor hizo inmortal.


María do Cebreiro
Nosotras, las inadaptadas (2002)
en Objetos perdidos 
Trea, 2007 



 

porque el mundo ha enfermado. Mario Cuenca Sandoval




porque el mundo ha enfermaado de puro indiferente
o de afán por las cosas que no duran


Qué temblor de neón y qué cansancio

BUKOWSKI EN LOS GRANDES ALMACENES
(FICCIÓN FILOSÓFICA)

Es muy fácil pensar que uno no existe
Es muy fácil pensar la existencia sin uno
entre los pormenores de este espacio perfecto
Paseando entre objetos callados
enfrentando el silencio de los nombres
sobre las etiquetas pues las cosas inmóviles
de algún modo también son elocuentes
El lujo y el silencio son amantes
el lujo y el silencio se devoran los pechos
se muerden en los muslos uno al otro
mientras en la ventana se nos muere de frío
un viejo sin zapatos que recuerda a Jesús
si hubiera sido viejo
Qué temblor de silencio en los oídos
Los precios y los nombres nos recuerdan
que habría que llorar como leones
porque el mundo ha enfermado de puro indiferente
o de afán por las cosas que no duran
desmesurado amor por cosas que no duran
Qué temblor de neón y qué cansancio
Entre objetos con precio con alma y denominación
delimitada nítida las cosas
te preguntan tu nombre
quién es uno   qué es uno
La chica de la caja (con sus ojos de cine)
la chica de la caja conoce la respuesta:
piénselo bien
usted no es más que el ticket de su compra
Repítalo tres veces
y tómese otra copa en nuestro bar


Mario Cuenca Sandoval
El libro de los hundidos
Visor, 2006

dónde he guardado los deseos. Enrique Cabezón



dónde he guardado los deseos

sólo pido eso I recordar I dónde guardé los deseos
dónde los sueños interrumpidos
dónde el billete de vuelta 


El billete es de una sola dirección I dónde he guardado
[los deseos
adónde van los sueños interrumpidos I a veces despertar
[sin recordar nada
puede parecer un plan mejor que lo contrario I dónde I
[a ninguna parte
a ninguna parte bajo tierra I bajo tierra los sucesos
[pesan menos

a fuerza de arrastrarnos I traspasar la dermis del terreno I
[y recordar
sólo pido eso I recordar I dónde guardé los deseos
dónde los sueños interrumpidos
dónde el billete de vuelta


Enrique Cabezón
No busques lágrimas en el ojo del muerto
Germanía, 2006 

un mensaje, inscrito en nuestra carne. Mª Soledad Sánchez Gómez




un mensaje, inscrito en nuestra carne, que nunca es descifrado del todo



EL MELANCÓLICO DESAPEGO DE LA WEB 2.0


Hay algo conmovedor, terrible y desesperanzado en el tener y no tener de esta época actual de capitalismo de ficción, caracterizada por la obtención inmediata del plus-de-goce a través del fetichismo de la mercancía mientras paradójicamente rechazamos mucho de aquello que necesitamos e incluso en profundidad deseamos.


En este tiempo posmoderno en que una cibercultura intrusa en nuestra vida cotidiana nos da su apoyo hasta en lo más banal, existe sin duda la necesidad de establecer contacto y a la vez levantar una pared de cristal entre el otro y nosotros. Así, jugamos a tocarnos las manos pero sabemos siempre que una barrera transparente está ahí, inextinguible, produciendo un tacto frío, helador, entre esas manos y las nuestras, entre ese cuerpo y el nuestro. Y todo ello elegido voluntariamente dentro de esta condición posmoderna que habitamos que, como indica Zygmunt Bauman, se caracteriza por unos vínculos “líquidos” que se evaporan fácilmente. En ella las interacciones corporales son limitadas y predomina la interacción virtual a través de una “identidad digital” como la que nos ubica en la web 2.0 por medio de una pantalla. Así creamos una subjetividad que se forja a través de una conectividad incierta en la que no se asegura la presencia real de ese otro y en la que por un breve momento, que sabemos que no se sostendrá demasiado, dos soledades intentan superar la barrera de la indiferencia tras esa mampara de cristal, dando a leer un mensaje, inscrito en nuestra carne, que nunca es descifrado del todo. ¿Qué sucede entonces cuando los múltiples gadgets tecnológicos de este mundo virtual no nos distraen de nuestro deseo?  Embriagados de vacío, deseamos desesperadamente el compromiso corporal y lo rehusamos porque nos aterra. ¿Qué huella deja en nosotros la vida cuando no la hacemos nuestra? ¿Es evitable este melancólico desapego?
 



Mª Soledad Sánchez Gómez
El cuerpo como enunciación política
(proxima publicación en Fundamentos)
Publicado en BOX8. Contra el silencio, obstinadamente


adónde huir. David Eloy Rodríguez




¿Adónde huir?
 ¿Qué refugios, qué búsquedas, qué siembras?
 ¿qué protege, anida, salva?
 ¿Cómo encontrar las palabras necesarias
para decir? 


CADA CORAZÓN EN EL FILO




¿Adónde huir? ¿Adónde los endemoniados?


¿Qué refugios, qué búsquedas, qué siembras?


Predican niebla y desesperaciones,
¿qué protege, anida, salva?


Propagan estigmas y crueldades,
¿cómo la resistencia?


En mitad de la guerra
estudiar la trayectoria de cada bala.
¿Cómo encontrar las palabras necesarias
para decir?


Cuando las luces se apagan todos sueñan
con un motín de mariposas,
con luces encendidas.




David Eloy Rodríguez
Los huidos
Ediciones del 4 de agosto, 2008

restos de palabras y personas. Alfredo Saldaña



restos de palabras y personas

aquello que ha tenido que callarse
para decir lo que en efecto se dice



Hay un lugar, más allá de todo límite,
donde habita el frío y se oye el soplo del viento, 
aquello que ha tenido que callarse
para decir lo que en efecto se dice.
Allí hay un hueco que da nombre al vacío,
restos de palabras y personas
que una vez en la noche tuvieron sentido.




Alfredo Saldaña
Humus
(Eclipsados, 2008)

balbuceos



hay algo que quiere salir y no puede

deja que salga pero no puede
  dime eso pero no puede