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(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

miércoles, 13 de enero de 2010

un mensaje, inscrito en nuestra carne. Mª Soledad Sánchez Gómez




un mensaje, inscrito en nuestra carne, que nunca es descifrado del todo



EL MELANCÓLICO DESAPEGO DE LA WEB 2.0


Hay algo conmovedor, terrible y desesperanzado en el tener y no tener de esta época actual de capitalismo de ficción, caracterizada por la obtención inmediata del plus-de-goce a través del fetichismo de la mercancía mientras paradójicamente rechazamos mucho de aquello que necesitamos e incluso en profundidad deseamos.


En este tiempo posmoderno en que una cibercultura intrusa en nuestra vida cotidiana nos da su apoyo hasta en lo más banal, existe sin duda la necesidad de establecer contacto y a la vez levantar una pared de cristal entre el otro y nosotros. Así, jugamos a tocarnos las manos pero sabemos siempre que una barrera transparente está ahí, inextinguible, produciendo un tacto frío, helador, entre esas manos y las nuestras, entre ese cuerpo y el nuestro. Y todo ello elegido voluntariamente dentro de esta condición posmoderna que habitamos que, como indica Zygmunt Bauman, se caracteriza por unos vínculos “líquidos” que se evaporan fácilmente. En ella las interacciones corporales son limitadas y predomina la interacción virtual a través de una “identidad digital” como la que nos ubica en la web 2.0 por medio de una pantalla. Así creamos una subjetividad que se forja a través de una conectividad incierta en la que no se asegura la presencia real de ese otro y en la que por un breve momento, que sabemos que no se sostendrá demasiado, dos soledades intentan superar la barrera de la indiferencia tras esa mampara de cristal, dando a leer un mensaje, inscrito en nuestra carne, que nunca es descifrado del todo. ¿Qué sucede entonces cuando los múltiples gadgets tecnológicos de este mundo virtual no nos distraen de nuestro deseo?  Embriagados de vacío, deseamos desesperadamente el compromiso corporal y lo rehusamos porque nos aterra. ¿Qué huella deja en nosotros la vida cuando no la hacemos nuestra? ¿Es evitable este melancólico desapego?
 



Mª Soledad Sánchez Gómez
El cuerpo como enunciación política
(proxima publicación en Fundamentos)
Publicado en BOX8. Contra el silencio, obstinadamente


3 comentarios:

  1. Continentes: cuerpos pensantes, sufrientes, conectados por medio del dolor con el dolor de las calles. Cuerpos atravesados por el lenguaje.

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  2. Que hermosa conversación.
    Gracias a los dos por tan buenas aportaciones

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