Perturtbación es el encuentro de dos seres vegetales: una hoja seca que recogí empapada hace varios otoños, quizá de moral (miraaa, eso que tanta falta hace en la vida pública y privada, qué cosas), y una ramilla deshecha de pelusa de chopo, recogida esta primavera.
Es frecuente encontrar ahora estas formaciones vegetales casuales: la pelusa deshecha y mojada se alía con las hojas caídas, se pega a ellas por el agua, y quizá por algún tipo de gemido cómplice, o bien, porque alguno de los dos seres impregne al otro algún invisible pegamento no comercializable, etc.
Aún huele este hoja a bosque, a tierra y a humos, cuando con un pincel la empapo de nuevo con agua. Aún
Visto de perfil el conjunto, la pelusa se ha adaptado a la sinuosidad de la superificie que la acoge, tan quebradiza por su parte.
Construí este ser pensando en qué es el 15M, o en qué es para mí, o en qué puedo yo decir acerca de desde mi quehacer plástico.
Lo construí pensando en la dificultad de que lo que yo hago tenga una lectura clara, unívoca, etc.
Y así es: esta obra puede leerse de mil maneras, y tener o no relación para quien la contempla con lo que es para cada cual el 15M.
quizá, para mí, me baste con recordar que, ahora que se exige en la plaza del MNCARS, o sea, el Museo Reina Sofía, la NO MERCANTILIZACIÓN DEL ARTE -a buenas horas, pienso-, es posible hacer obras de poco presupuesto, con cualquier cosa que encuentres a tu alrededor, y es posible que esas obras puedan vivir con otra persona a la que algo digan, vía intercambio o vía venta por poco dinero, por precios justos y ajustados.
Porque si hay algo que detesto del mundo que nos ha caído encima es cómo casi todo españolito tiene en su cabeza un %, en vez de un cerebro, en vez de una mirada al otro.
Cómo cada cual monta su chiringuito trilero aprovechándose de los demás para hacer su negociete.
Cómo hay negocios basado simplemente en la intermediación, que producen beneficios privados sólo por eso de que yo tengoelcontacto.Cómo cualquiera obtienen plusvalías por productos de ínfima calidad aprovechándose además del trabajo no remunerado de los demás, o de la pura explotación laboral de sus trabajadores - gente que no merece ser llamada empresario, ni mucho menos, tener trabajadores a su cargo.
Cuando se fabrican estupideces que pretenden que consumamos, compremos, nos llevemos a casa, nos asesinen con su edionda manera de ser y estar.
Cuando el arte es un sector de lujo,
cuando.... cuando el asco y la rabia.
Y por el asco que todo esto me produce, y la rabia y la indignación, miro y recojo las plantas y sus residuos que nadie quiere, que nadie va a usufructuar, a comercializar, a explotar; las uso para hacer mis obras -que casi nadie quiere- y en el mundo vegetal, en la parca y domesticada naturaleza que puedo encontrar de vez en cuando, encuentro esa manera de estar en el mundo sin joder ni ofender ni explotar a nadie.
a mi me gusta tu obra, pero en este caso la alergia me aleja un poco
ResponderEliminar¡Moral, más moral! Recuperemos los valores cívicos.
ResponderEliminarMalone, que esas pelusillas de los chopos no son polem, y no producen alergias. Me lo dijo la mujer de un alergólogo. Acércate a ellas y su suavidad.
ResponderEliminarUy!!:la moral. El que no la usa es porque gana mucho más sin usarla, y así seguirá trapicheando y explotado todo lo que encuentre a su paso.
Pero es el momento de llamar a los "empresarios" y "emprendedores" y otros invididuos de su calaña, por su nombre auténtico: chamarileros, usureros, propietarios de chiringuitos trileros, escoria humana.
Gracias a los dos por los comentarios
El agua como pegamento.
ResponderEliminarInteresante.