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(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

jueves, 10 de marzo de 2011

las palabras nunca fueron suficientes - Sergio C. Fanjul



Las palabras nunca fueron suficientes
y he aquí un pájaro negro
que despliega
sus alas
en mi pecho.

Palpo tu abdomen
tenso y convulso por el llanto
y comprendo que el lenguaje es zafio
y es inútil,
un juguete roto en nuestras bocas.

Si encontrara el verbo necesario
para encender una luz en tu cabeza.
Si existiera.

Que lo más tonto es perder algo
por el puro miedo de perderlo,
te diría.

Que entres por la puerta que se abre
y que disfrutes.
Que la vida está aquí,
en tu regazo,
y no en las crueles fantasías 
que te cuentas.

Y que dejes de llorar, 
cojones.

Poema de Sergio C. Fanjul, de su libro Otros demonios (KRK, 2008)





Oigo llorar a mi madre. Llora y llora desde hace un rato. Voy a verla y me siento a su lado y la abrazo el hombro y la acaricio el brazo y le pregunto por qué lloras, qué te pasa.

Oyes llorar a tu madre, y llora y llora y te acercas a ella y le preguntas qué te pasa, por qué lloras. Y te sientas a su lado y no entiendes por qué llora ni por qué sigue llorando por más que dices, por más que intentas distraerla, sacarla de sí y de su llanto. 

Y ellas lloran y lloran.

y no sabemos qué palabras decir, no sabemos detener su llanto.

y por eso me he acordado de este  poema de Sergio C. Fanjul, 

y que dejes de llorar, 
cojones.

(pero ¿le podría decir eso a mi madre? ¿no lloraría aún más?)

2 comentarios:

  1. Me parece el consuelo más difícil: consolar a la madre, y aún más consolar a una mujer mayor, a una anciana.

    El poema de Fanjul y el pensamiento que me trajo dieron sentido a esta imagen que hice hace tiempo y andaba rodando por el suelo (literalmente). Al cobrar sentido cobró valor para mí.

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