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(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

domingo, 21 de abril de 2019

Burqa en la exposición Flores, mi señor (vestiditos)




Foto: La Fontanería Crea




Al entrar en La Fontanería, nos topamos en la exposición Flores, mi señor (vestiditos), con esta presencia: en diagonal, un burqa nos mira. En realidad se confronta con la Coraza-corsé para Ártemis, y ambas se mantienen las miradas afablemente.




Burqa
2018
Costura sobre organza –tres piezas, más una cuarta, la rejilla, hecha aparte sobre bastidor de bordar, con punzón y costura- e hilo de plata. Flores de organza con abalorios e hilos (2017)

.

El burqa está montado sobre un maniquí casero, con las banderas o mandiles de santa Casilda a su izquierda y rodeado de pequeñas ofrendas.





Las  flores de organza y abalorios le cubren la zona superior delantera y le bordean todo el bajo, que se convierte en bocamangas al plegar los brazos (Esta prenda se lleva con más ropa debajo).


Salvo un orillado del tejido de organza azul, que me cosió a máquina la cosetodo de mi barrio, el resto lo he cosido yo a mano. La pieza de organza azul de tres metros, más otras piezas adicionales las compré en una de las tiendas de tejidos de mi barrio. Las cintas de organza para hacer las flores y los muchos abalorios, etc. en tiendas cercanas de gente que también me ha atendido muy bien.



La rejilla, hecha en pieza aparte sobre bastidor de bordar, es otro trozo de la mista tela, agujereada con punzón y cogidos los hilos del tejido con una especie de vainica, utilizando dos colores de hilo, y rodeada de una gruesa costura decorativa. En su inserción con el resto del vestido corre un hilo de plata.





Origen de esta obra



En 2017 me dediqué a hacer flores de organza -a partir de lazos de distintos colores- con abalorios, sedal, hilos y alguna lentejuela, entreleyendo u ocioseando, sin más. Las fui colgando con alfileres en una pared. 





Cuando en 2018, estando elaborando las Ártemis Efesias remiré  las ciento tantas flores de nuevo, deseé hacer con ellas un vestido hermoso, recordando el de la Flora de Botticelli. 





Vi la organza azul en la tienda del barrio al pasar, dos largos retales muy baratos brillando al fondo de la tienda, y los compré. Al ponerlos sobre las flores, sus 150 cm. brillando sobre ellas no me trajeron a Flora, sino que me hicieron decir "Un burqa". 





El color, aunque más brillante y claro, me recordaba al azul afga, afga como llamaban los excombatientes soviéticos, aquellos que no fueron repatriados en ataúdes de zinc, a todo lo que habían dejado atrás en la Guerra de Afganistán (parte soviético-afgana), que traían en sus cuerpos y mentes, y como eran ellos llamados por el resto de la población soviética, según narra  Svetlana Alexievich en Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la guerra de Afganistán.




Semillas volátiles
(Samaras de negrillo)
2011

Semillas y ramilla de negrillo, sedal y cascabel

Una de las ofrendas a la mujer del burqa,
colgada detrás de la obra



Haciendo la obra y pensando



Sé lo que es un burqa, lo que es la sharía y algunas cosas más: conozco cómo devino la Guerra de Afganistán y por qué ese país con unas costumbres soviéticas se convirtió, gracias a la ayuda conjunta de países occidentales muy democráticos y países con regímenes dictatoriales islamistas tolerados por los occidentales, en un durísimo régimen islamista, corriente y violencia que se propagaron por muchas más zonas del mundo gracias a la ceguera cortoplacista de las brillantes mentes de algunos gobiernos occidentales muy democráticos. Y  aún sobrevive Afganistán, tras tanto años, en una guerra civil.


También he visto burqas bellos mucho antes de plantearme esta obra, en 2011, creo, en una exposición sobre Alejandro Magno. Eran burqas de colores claros y suaves y tejidos finos, e imponían, pese a ser de baja estatura, por su cerrazón. Pero al mismo tiempo, al estar situados sin peana a la misma altura que el espectador, intentaba encontrar a la mujer que había dentro.


El estar situados en esa exposición, me llevó a suponer que el burqa es una prenda muy antigua, quizá de la época de Alejandro -siglo IV-III a.c.-, y por supuesto anterior al Islam y a su uso en algunas de sus corrientes.









Coser a manos inexpertas es un proceso lento durante el que se piensa en muchas cosas, además de en patrones bien ejecutados. En todo ese tiempo de costura y búsqueda de información sobre burqas y sus distintos tipos y porqués, me encontré muchísima ideología, religión, fé, insultos, tergiversaciones, manipulaciones, propaganda: una prenda convertida en centro de una montaña de conflictos, acumulándose unos sobre otros, que empequeñecían o anulaban a la portadora del mismo, doblemente apedreada, pensé.



Puede leerse la descripción con su aparato ideológico del burkha del Museo del Traje de Madrid -que fue donación de 2003-, buscando la palabra burkha o el número de inventario CE090045  aquí, en su buscador, y hacer la comprobación (falta una tilde). O bien, leer el artículo, muy documentado, con bibliografía, etc, History of burqa de la Wikipedia.





Conflictos que son falsos conflictos y nunca por el elevado valor al que se apela, banderas que se yerguen y se emplean contra losotros, añadiéndose más y más mentiras, trapos de cocina, banderras, y aún más mentiras para enturbiar y aumentar el falso conflicto inicial y hacer esa bola de banderas y mandiles imposible de deshacer ni de limpiar con trapo de cocina ninguno.  
Y si quieren alguna vez limpiarlo, que lo limpien los hommes que lo causaron, mantuvieron y lo jodieron, que harán como de costumbre o una guerra más, o una cumbre cósmica más de esas que tanto les gusta, con flores y niños dando besitos a repugnantes desgobernantes encantados de conocerse.
................................................................Fin del speech................................................................



Otro tema que reaparece continuamente en conversaciones, otro punto de fricción que plantea el burqa, atañe a la visión feminista occidental, que es en la que estamos inmersos:





Y es matemático: en cuanto digo que estoy o he hecho un burqa toda mujer de alta, media o baja cultura se lleva las manos a la cabeza e indignada me pregunta. Es como ponerles un cebo, ¡cielos!, como ser parte de la novela El aliado, de Iván Repila. En definitiva, el burqa nos indigna, hace saltar nuestros resortes de lo que no toleramos: no podemos aguantar que a una mujer se le imponga, no podemos soportar verlas subyugadas, dominadas, maltratadas.... Yo tampoco.


Y así, con este discurso, un comisario quiso apropiarse de mi burqa y su sentido para exponerlo en una expo.institucional para el Día de la Mujer institucional, con su propia idea: no puedo soportar que las mujeres sean sometidas, anuladas, que estén bajo el dominio del hombre. Yo tampocooooo!!!!!!

Pero esto es lo que hay: no podemos aguantar, no toleramos -al otro-. NO me estás tolerando. 

Pero estamos tolerando lo de aquí, lo de aquí que está perfectamente insidiado, metido en el sistema y en nuestro pensamiento.

Un ejemplo muy bobo, quizá populista:

Nuestro sistema de trabajo -el capitalismo, el neoliberalismo, "eso"- obliga o insinúa, que es lo mismo, obliga bajo amenaza de expulsión del sistema de trabajo, a llevar determinados atuendos en algunos puestos, muchos, incluyendo maquillaje facial total y zapato de tacón para ellas, a veces falda o trajechaqueta, y corbata, chaqueta y a veces traje para ellos. Y aquí tenemos una muestra de nuestra libertad de vestimenta o de nuestra coerción indumentaria -dejando a un lado las ridiculeces de la moda, de la etiqueta y los atuendos obligados de azafatas y azafatos-.








El sentido que he encontrado en esta obra es que hay que pensar más allá de lo ya dado y dicho. Más allá de consignas y nunca ampararse bajo ellas.
La realidad, como siempre, es mucho más compleja. 


No podemos ir a salvar a "esas mujeres" porque a lo mejor no desean ser salvadas. Porque no sabemos quiénes son bajo sus burqas ni cuáles son sus deseos, cientos de miles de deseos que no son un único deseo.




No podemos pretender exportar nuestros valores cargados de nuestra ideología con toda sus malditas estupideces y contradicciones: a eso se le llama colonialismo y ya se dedican otros a hacerlo a gran escala con grandes beneficios,  por nosotros y en nuestro nombre, sin que se lo hayamos pedido -¿o sí?-.



Los otros tienen también sus valores y no siempre son tan radicales como creemos o queremos creer o no quieren hacer creer -vuelvan a leer el artículo "History of burqa" hasta el final, por favor-.



Bajo el burqa hay una mujer que merece todo nuestro respeto, sea quien sea y sea cual sea el color de su burqa y la calidad del mismo. Su condición y sus deseos, que los tiene, seguro, nos es desconocida.





Bajo su prenda está a salvo de miradas incómodas y groseras en lugares donde abundan mucho más que aquí, más que aquí en mi adolescencia, ¿más que aquí en los años cincuenta, sesenta, setenta?



Dejo ahí la pregunta, aunque ya sé que alguien me hablará de progreso y tal y cual y pascual, mundos medievales, etc...
(No contesto. Recomiendo:1. Leer lo que suponen las corrientes radicales o puristas del islam.2. Pensar qué queda de un país tras más de cuarenta años de guerras)  
y enlazo a otro post anterior sobre la multipropiedad y otros temas.

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Hay otro tema que me llama la atención y atrae del burqa: el borrar la identidad de quien lo porta. 
Puede que sea éste uno de los más dolorosos para nosotros occidentales, pero por empatía egoísta: 


Nos imaginamos a nosotros mismos sin nuestro rostro, nuestra queridísima imagen, nuestra proyección y marca tan amada, nuestro Yooooo, nuestra continua exhibición de ego... y nos da un vahído del copón.

¿Cómo me voy a hacer un selfi con el burqa puesto? ¿y qué pongo de foto de perfil en fb, en instagram, en guashap?  
Sin mi identidad física estoy perdido, soy uno más, alguno entre muchos millones, nadie, pero no Nadie, sino nadieeeeeeee.



Uno más que pasará, vivirá su tiempo y morirá, como todos,

no ese cretino que se cree el centro del mundo.




2 comentarios:

  1. Una larga explicación sobre el burqa, los derechos de la mujer, las imposiciones, también, del capitalismo, las modas milenarias... Convenzas o no convenzas, haces pensar.
    Pensar, aceptar, comprender, analizar es mejorar.

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  2. Gracias, Xavier, por tu comentario, y por leer la larga explicación y ser tolerante. Un abrazo

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