Transformación
Descartado el olvido radical
fui convirtiéndote en un personaje
como el pintor que a base de difuminados
corrigiera un retrato realista
y lo transformase en caricatura.
Poco a poco creé alguien distinto
y descubrí que no me era difícil detestarlo:
carecía de voz, su cuerpo se alargaba hasta cobrar
apariencia de cobra,
extensos ojos bañados en sangre,
en su mirada no había ternura.
Y ahora si pienso en ti la veo a ella:
la alquimia del recuerdo
opera esas transformaciones
y así cuando tú misma cuando pienses -si es que piensas-
en mí verás la creación
en la que fue apagándose mi imagen
-seré un enano cabezón y barrigudo-
por defenderme te hice un último homenaje:
descartada la destrucción de tu presencia en mi interior
te convertí en un monstruo inverosímil.
Ahora sólo nos vemos
en el infierno de mis pesadillas
mientras alrededor se acaba el mundo
y ambos buscamos la imposible redención.
Juan Bonilla, Buzón vacío
Esta obra la hice en 2007 en torno a este poema de Juan Bonilla,
que vino al versátil.es de ese año (el II Festival de la Palabra, de jugoso anecdotario)
para el que en paralelo hicimos los Arañados Signos nuestra primera exposición.
Está realizada sobre tres láminas de un plástico transparente
que me vendieron como "papel cristal" (¿?).
En las tres láminas se repiten, desplazados, los mismos dibujos:
en la lámina inferior a lápiz, en la intermedia a bolígrafo
y en la superior grabados con un punzón.
Las tres láminas, de 75 x 18 cm., penden de dos hilitos de sedal,
dentro de un marco acristalado en su parte anterior y posterior.
En otra entrada, para no aburrir, y también porque las fotos que tengo de esta obra son muy deficientes,
explicaré qué es todo esto de los dibujitos en relación con el poema de Bonilla
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