El regalito que me pusieron en la espalda Los Diletantes el día 28 de diciembre:
Hecho con mucho cuidado y ese cariño malicioso: me los imagino recortando el muñequito con una sonrisita.
a doble cara, que no me falte de ná
Y es que desde que me regalaron el cencerro no me habían hecho un regalo tan lindo.
Emocionada me tienen.
Estaba yo un tanto asombrada de su caballerosidad esa noche del 28: me ponían y quitaban el abrigo -y junto con el abrigo la bufanda y el bolso todo a la vez de un tirón- cada vez que entrábamos o salíamos de nuestros bares de barrio tan queridos. No caía yo que llevaba colgando en la espalda tan grato compañero.
Ahora lo tengo colgado en la puerta de casa, para sonreírnos mutuamente cada vez que entro o salgo. Como el cencerro, que cuelga de otra puerta y suena suavemente cuando la abro o cierro.
bye bye, my dears
Casilda, creo que el gesto -tan antiguo como entrañable y representativo- bien merece su proyección. Visto lo que va a llegar en materia social y demás "al", ¿no sería cosa de que todos empezáramos a confeccionar estos muñequitos inocentes y los colocáramos por doquier? ¿Te imaginas que cundiera llevar el muñequito en la espalda o mejor en el pecho y fuéramos miles o trillones quienes lo portáramos? Ya que nos toman por inocentes, ya que puede que estemos dispuestos a ser y representar el papel de "inocentes" PORTEMOS EL ESTANDARTE Y EL ICONO como vindicación de nuestra maldita "inocencia".
ResponderEliminarPiénsatelo, pensároslo, diletantes, no lo digo de broma.
Salud y un abrazo.
A mí me encantan, igual que los cencerros, me apunto...
ResponderEliminarTú promueve por tu sitio y yo ya promuevo por otro lado.
De todas formas soy más partidaria de la sublevación.. pese al muñequito