Algo he de hacer para salvar la distancia entre hilo e hilo, unir las hebras sueltas, rotas. Suturarlas con otros hilos primero para asegurarlas, tratando de seguir su trama luego luego pero a la vez.
Unir el cordón desflecado, bien atado a los nudos que no veo.
Colocar un hilo perdido guiándome por alguna lógica de dónde debería estar, para cerrar la trama, asegurar el hilo suelto invisible que, de no hacerlo, se soltará en algún momento y destejerá lo que me pareció seguro.
Salvar distancias de centímetros con puntadas de milímetros, recogiendo hilos sueltos, bordeando poco a poco el gran agujero de carencia.
Imaginar, suponer cómo fue y no equivocarme mucho.
Descoser lo errado. Volver a trazar. Disculparme si lo hice mal.
Hebras sueltas
¿No es la vida un trenzar y destrenzar? (O tejer o urdir o hacer o...cualquiera de sus antónimos) Salud y buena faena (faena laboral no faena de acción perversa)
ResponderEliminarLenguajes. Metáforas.
Así es. Fackel, y rodear problemas o agujeros que vemos sin solución para ir al menos cercándolos y suturándolos, y tejer y destejer. Gracias por tus deseos, faena se le llama también a la de los toreros en la plaza -otro agujero que abordar-. Un abrazo
EliminarArtesanía del zurcido. Con lupa si conviene, con cuentahilos si es menester.
ResponderEliminarCasi no zurcimos -con z, qué bonita letra- ya nada: lo tiramos y lo sustituimos por otra compra. Es una buena experiencia arreglar algo para uno mismo o para otro. Tiene algo de respeto por las cosas que tan despreciadas son por el sistema captalista de consumo, y por quienes las hicieron, y produce la satisfacción de la duración de esos objetos o ropas y la de haberlo hecho uno mismo, de estar en el tiempo tranquilamente buscando hilos, como tú dices con lupa o cuentahilos. Es tan sencillo devolver las cosas a su uso... Un abrazo, Xavier
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