El hindú
Yuri Astrid
acrílico sobre papel
La obra de Yuri dice su sentido dentro de la exposición al leer su cartela:
Maqueta en la pared
Buscando analogías, dualidades,
metamorfosis...
Que encaminen a este humilde hombre sobre
los tejados incógnitos de la arquitectura.
-Primero se me ocurre mirar en internet-
como quien ve llover.
Imagino leyendo un polvoriento viejo libro
que cuente las fantasías más enmarañadas
de la cultura hindú.
Entonces pienso en lo que realmente
me impulsó a pintar este cándido ser
y no hallo más respuestas
que las trascendentales;
el haber compartido un rato de nuestros
tiempos,
en un lugar extraño en lengua y cultura
como lo es Roma.
Allí a la intemperie surgió un minúsculo
estudio arquitectónico humano.
Y justo estaba él queriendo ser pintado
por una pésima pintora.
Así vuelvo a pensar y vuelven a mí
miles de ideas y una de ellas es que este
hombre representa toda la existencia en sí
misma; él es arquitectura,
su cuerpo es un gran edificio construido
por miles de ladrillos,
en él existen ciudades,
continentes enteros y más.
Antes de que la materia fuese materia,
antes ha pasado ya por un sueño.
Yuri Astrid
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