Kika, la perrita de la Bodeguilla Guajira,
uno de los muchos alicientes de este pequeño y coqueto lugar.
Otros son la dueña, su clientela, su decoración y su magnífica música, las exposiciones que hace, su terracita...
Flores, abanicos, cristales, libros, fanzines
y Kika, sin parar de moverse, saltar, juguetear con todo el que llega, y partir el corazón a todo chucho que por allí pasa.
Porque Kika es muy elegante, diminuta, felina, coqueta y desaforadamente impúdica.
Estaría muy bien que pudiéramos reencarnarnos en una Kika.
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