Aquí le pongo a Francésc Cornadó, uno de esos hemaciados personajes fluorescentes de El Greco, que es mejor no encontrase al doblar una esquina en la oscuridad. Y encima fraile. (A Francésc le da algo).
El bueno de él con su estameña que le da calor en verano y no le protege del frío invernal es San Francisco, haciendo penitencia en su gruta. (Él a lo suyo).
Que yo ahora me dedico a estos viajes al pasado huyendo hartísima de tanta medida de ajuste, tanta palabrejría gubernamental, tanta amenaza de peor para la población, tanta mentira,,, y ni me encomiendo al santo ni nada, pero disfruto con estas cosas,
como disfruta del aroma del ajo Dichos y contradichos en su entrada de 8 de julio, como reflexiona en torno al ajo y la paella calcinada y archivada y la vida Dionisio Porta, como el propio Francésc da la espalda a la hartura tecnológica consumista y propone disfrutar, y como se ríe Felipe Zapico de sí mismo y su móvil enloquecido.
Y otro día sigo hablando de este personaje -al que tengo mucho cariño, por otra parte (a los diletantes les fascina!!)- porque mi red está enloquecida por mor del capitalismo triunfante de mi servicio de red.
Muchas gracias, amiga. El personaje (para más Inri, llamado Francesc) tiene una mirada violácea, una pose de resignación caquéxica, una barba muy bien perfilada como afeitada con mansedumbre y acatamiento, es un personaje de tez de acelga verde y transparente, parece mirar para el suelo como si buscara algún insecto para comérselo, no para hacer mal a las cucarachas o piojillos, no, sino para evitar que estos invertebrados pudieran molestar a los animales superiores; mientras se distrae con los insectillos, yo echo a correr, no quiero encontrarme con seres verdes ni con enjutos medievales. Pero, aunque la urdimbre sea áspera, quizás deberemos protegernos también con estameñas toscas para quedar a resguardo de lo que se nos avecina, de tanta estafa y mentira.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó