No, no es una escultura nueva de los Diletantes,
no no, que va
Es incluso algo melancólica
allí en la ventana, colgada con cordelillos
y todas las mañanas me recibe así
melancólica o risueña, no sé
y de cerca
este retorcimiento e inestabilidad manierista
esa textura cristalina
volando sobre los edificios
pues no es una escultura, no señor
Me fascinó una instalación de Carlos de Paz en la Galería Teresa Cuadrado dentro de la exposición colectiva titulada "Caprichos de artista", por estas fechas del año 2003.
Consistía en un varios -bastantes- preservativos de tripa (a la venta en USA, aquí prohibidos), rellenos con silicona y "adornados" con clavos, colgando ordenadamente de la pared. Semejaban penes -con clavos..- . Esa transparencia....
Me fascina una pequeña tienda del casco antiguo de León en cuyo escaparate exponen colgadas tripas limpias e infladas, para ser rellenadas de chorizos, morcillas, botillos y otros embutidos desconocidos para mí, con todo tipo de cuerdas, cordelillos, hilos y redes y redecillas para atar y embutir las carnes que acogerán.
Me fascina y me frustra, porque siempre que llego allí está cerrada.
Me fascina otro pequeño comercio de Ponferrada, una carnicería preciosa con dos escaparates: del de la derecha penden colgaditos ristras de chorizos y morcillas, androllas y botillos. Todo muy ordenadito, cuidado, y minimalista.
Esta carnicería, que huele a pimentón desde la calle, no me frustra: salgo siempre bien provista de allí.
Y yo deseaba
unas tripas
para hacer unas obras
Y LAS ENCONTRÉ:
en el mercado de Ponferrada, tripas de verdad, no sintéticas, en un puesto blanco como una panadería, limpio, con una mujer que, al pregunterle cómo tenía que tratar aquel blandengue amasijo húmedo, blancuzco y cubierto de sal, olorosísimo,
me preguntó y su vez ¿y para qué las quieres?
(y yo, que estoy acostumbrada a estas preguntas en ferreterías, marroquinerías y mercerías... le contesté lo de siempre):
PARA HACER
UNAS OBRAS DE ARTE
Y así están allí, colgadas en la ventana al oreo, mis tripas que no son mías, a ver qué ocurre cuando pase el tiempo y sequen y no me asalten con su hedor al abrir la ventana, y les quite la sal para no manchar toda la casa, y haga con ellas algunas obrillas con cordel y cosas para rellenarlas, cosas que no serán de comer y ni me imagino qué serán de ilusión que me hace. Ah, y la tendera tan amable me recomendó ahumarlas. Así que las pondré encima del cenicero y cogerán un bonito color a humos.
Mientras sueño con lo que ocurrirá, todas las mañanas
me saludan sonrientes y melancólicas
ay por dios!!!
ResponderEliminarestaba tendiendo y se me cayo la media!!!!
laincultadetuhermana.com