SOCIEDAD DE DILETANTES (, S.L.) & PAAARTNERS

(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

viernes, 31 de diciembre de 2010

Llamando al hermeneuta

Para celebrar el fin de año y todas esas cosas de los ritos de paso con consumismo -que no comunismo- a toooppppeeee, vuelvo a poner esta entrada, con dedicatoria a dos personas que se van a enterar. Y dice así:




Y es que están los Diletantes inquietantes, posauráticos o algo aún peor: preformativizados, quizá.


No me es fácil hacer el diagnóstico del mal que les aqueja y trastorna de este modo.


Han estado leyendo textos sobre los alrededores del arte contemporáneo, eso lo sé.



Y algo les ha ocurrido.


Me han dicho esto:


..] a partir de su especificidad territorializadora en la segmentación de las propuestas culturales -y cultuales - de las nuevas prácticas museográficas en las geografías dinamizadoras de su verbalidad manifiesta: polarizando las cuestiones a debate, podrían y deberían reinstalarse las significaciones a tratar dentro de una perspicacia simbólico-comunicativa que satisficiera todos los segmentos de la tan segmentada polaridad de los eficientes -y un tanto rocambolescamente llamados comunicadores culturales -o cultuales- dentro de la facticidad  y un tanto al margen de su genética simbólico-comunicativa- en la dinamicidad específica del territorio en cuestionamiento.

Es decir: las propuestas o dispositivos son instrumentalizados social y económica y verbalmente hablando desde perspectivas pseudo ejemplarizantes del cuestionamiento específico de la globalidad de las prácticas así nominadas en la tematización.

¿me explico?


No sé, no sé, no lo veo yo claro...


Quizá haya que llamar al hermeneuta o al hermenauta, o a los dos.


Probablemente me digan que  padecen confusión lingüística -y mental- que adolecen de un abuso de términos abstractos, anacolutos, vacío de ideas, logorrea, palabraría en definitiva, de esa que sirve para alargar discursos embrollados creyendo que se dice 
cuando no se dice nada, 

y creyendo que los demás se lo creen (el discurso).


Cosas muy propias de egos como museos, por otra parte


y que me extraña en los diletantes, pero... todo se contagia  





Vamos, que tienen una buena pedrada

3 comentarios:

  1. Conozco un hermeneuta que se llama exégeta y yo cuando me dirijo a él lo pronuncio mal: ese-jeta. Y es que al verlo no me sale de otra manera.
    Feliz año, a pesar de todo lo que se nos viene encima.

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  2. Los diletantes os habéis contagiado (jejeje) de una manera impactante de esa palabrería hueca y vana - y espantosa, y arrogante - de la crítica de arte actual que sólo pretende mantener un cerrado mundo de teóricos "iniciados" que quieren parecer especiales y/o únicos. Lo mismo puedo decir de ciertos textos filosóficos del momento, escritos bajo la luz del "publica o perece" y "voy a epatar a los del departamenento para que vean que tengo futuro y no soy sólo un puto becario". Todo es ridículo. Pero, peor aun, en ambos casos lo que se intenta mantener es una posición arrogante de privilegio, en este caso verbal. Sí, el privilegio de un lamentable grupo de extraterrestres que desean a toda costa ser una casta de mandarines, pero que en el fondo carecen de la auténtica imaginación que permite hablar claro y a la vez sorprender y conmover al lector. Ellos sólo "sorprenden" a través del retruécano vano y los juegos de palabras que remiten a otros textos siempre, en un bucle infinito. Porque precisamente lo difícil es ser apasionado y claro sin perder por ello rigor intelectual y coraje político. Te nombraría varios casos especialmente patéticos. Lo peor es que se va creando la acuosa impresión entre mucha gente de que si no hablas así, no te haces hueco en ese mundillo porque en el fondo pasas por ignorante. Ay, Casilda, qué penitapena. Recuerdo con pavor el comentario de una reputada antropóloga de la UCM que al terminar el speech (fantástico, lúcido, apasionado) de Edward Said en lo que fue su última visita a Madrid, con el que se dirigió a una audiencia emocionada, hablando de pie, al estilo árabe, sin papeles y con una fiera luz en los ojos (un momento en el que yo aprendí la grandeza del poder decir con claridad y rotundidad EN MI NOMBRE NO), dicha profesora me comentó que Said la había defraudado, que sólo había dicho cosas simples (el pan y la sangre, ¿qué más?)y habían faltado referencias, bibliografía... Y el charco a pie de página, pensé yo. Qué falta de empatía política, que manera de errar el tiro y verlo todo a través de la lupa de la publicación universitaria...
    Llegamos bien a Madrid, con tus obras bajo el brazo. Fue un alegrón verte de nuevo. Y espero que esta noche se te pase ese mal de la garganta/coco que se expresa de esa manera tan alienígena en tu blog.
    Salud a los dos! Besos, besos, besos.
    M y A
    PS: Genial lo del ese-jeta. Qué bueno.

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  3. Gracias a los dos por las aportaciones: y lo de ese-jeta me encanta: va a ver (sin hache) que utilizarlo muy a menudo.
    PD. Hay gente en el mundo(illo) del arte que escribe claro y sin pedanterías ni huecopalabros.

    Besos a los dos

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