Mientras sigo dando vueltas a cuestiones sobre el poder y su mal uso, al bueno e irónico de Mark Lombardi, y a cuestiones similares que me revolotean, los diletantes han aprovechado mi errática meditación para poner aquí este dibujo de bolígrafo de gel sobre papel vegetal, tamaño A-4 (aquí recortado), de allá entre el 2004 y el 2006 -un poco de imprecisión no viene nada mal-.
Por el estudio aún anda colgado un dibujo de similares características -hecho con estos signitos- pero de 70 x 100 cm., que dejé allí sin acabar, según creí, porque me volvía loca tanto signito hecho de cerca, y échate para atrás para verlo y mira que parece que tienes que trabajarlo más por ahí y otra vez para adelante ante el dibujo con el boli. Y al llegar allí, pues me parece que no, que lo que le falta no está aquí.
¿Dónde está pues, lo que falta?
Y fue Freud quien escribió "Análisis terminable e interminable"; y así ese dibujo, y así Roithamer:
dibujo terminable e interminable.
Y recordaba el final de Corrección, de Thomas Bernhard de esta manera:
NO PODEMOS VIVIR SIEMPRE CON LA MÁXIMA INTENSIDAD. CLARO DEL BOSQUE.
Pero vuelto a comprar el ejemplar perdido de Corrección, en traducción de Miguel Sáez también, me doy cuenta de cómo he cambiado un texto que creía saber de memoria, pues éste es el texto auténtico:
PODEMOS EXISTIR CON LA MÁXIMA INTENSIDAD MIENTRAS VIVIMOS, ASÍ ROITHAMER (7 DE JUNIO). EL FIN NO ES NINGÚN PROCESO. CLARO DEL BOSQUE.
y pienso: ojalá tuviera la capacidad de existir con la máxima intensidad, dentro y fuera del claro del bosque, en el dibujo terminable e interminable
Amplío y me quedo colgado entre lo cerca y lo lejano, en mí mismo.
ResponderEliminarQuédate en ti mismo, y desde ahí, háblanos a los demás.
ResponderEliminarBesos