Abrir una casa de poemas, como quien abre una casa de comidas.
Hablamos.
Las palabras debieran despacharse en mercerías.
La poesía encuentra su forma en las manos de quien la aventa.
La palabra es un bien de primera necesidad.
Tengo unas ganas preciosas de llorar.
Me estoy perdiendo la primavera de mis macetas
Mi gesto genético, tres siglos de madres puestas en jarras.
Menos mal que paisajes.
Los ángeles dejan las capillas perdidas de gallinaza.
Y en los portales de Internet, ¿hace fresquito, como en el de mi abuela?
.
A veces no sé si somos seres humanos o un prototipo.
El conocimiento epidérmico
Se venden
bálsamos del miedo contra el miedo.
Publicistas: mercenarios de la palabra.
Se le olvidó la realidad de tanto ver telediarios.
¿Qué idioma se habrá perdido hoy?
Gloria al que abraza con temblor.
¿Dónde guardo yo ahora el fuego?
Yo estoy hecha de derribos.
Mi padre es.
Lejos,
pero es.
Minimás
Baile del Sol, 2008
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