"Quizás hemos necesitado la irrupción de la naturaleza para entender que la humanidad vive en dos realidades: en la que existe el cuerpo, la mente y el sufrimiento y en la que existe esa extraña fuerza que llamamos mercancía y que todo lo iguala, desde las cosas a la imaginación"
Fernando Broncano: "Perplejidades"https://laberintodelaidentidad.blogspot.com/2020/04/perplejidades.html
Cito esta frase del artículo de Fernando Broncano, que, como él mismo explicó en Facebook, es un "borrador del texto de mi contribución a un volumen de intervención inmediata de pensamiento sobre la crisis" del coronavirus y todo lo asociado a ella, obviamente, que invito a leer en su blog., publicado en su blog.
Y que me disculpe si me voy por las ramas a otros derroteros a partir de ella.
Y la cito porque verbaliza perfectamente esa dualidad en la que me muevo entre mi mero existir como viviente, persona individualizada con deseos, con cierto intento de trazar su vida y gozarla, y el ser consumidor y en especial productor en un mundo de consumo y sobre todo, de producción continua.
Me refiero a la exigencia de producción como artista en que me he encontrado y contra la que me he sublevado.
Para empezar la palabra "producción" aplicada a las prácticas artísticas, al igual que a la investigación científica -que, como señalan los hoy, por un día, científicos protagonistas, entrvistados estos días en nuestros queridos medios de comunicación, está reñida con la celeridad, la continua publicidad y la rápida obtención de resultados -mira por dónde, valores del sistema de producción capitalista, postcapitalista, neocapitalista neorecontracapitalista, liberalcapitalista, etc.-, para empezar. Sigo el meandro,.
La palabra "producción" aplicada a estas prácticas, patente y o no, me resulta inadecuada, además expresa un grave error, y además, para mí, me mosquea o rechina, y crea una alarma que me hace retroceder y rechazar el discurso en el que se inserta, y la persona, lugar o institución del que procede.
Sin entender a quien realiza estas, digamos, prácticas artísticas, no como un dios, ni como un creador ex-nihilo, ni como un titán, ni héroe apartado romántico, sino como una persona como cualquier otra, que por dedicación a las misma, cultura, conocimientos diversos, deseos y afán, las realiza y así son aceptadas por un grupo social más o menos amplio,
no pienso que el resultado de las mismas, las cosas así hechas, llamadas obras, sean objetos de producción equiparables a mercancías, aunque se puedan comprar y vender o trocar -cosas tan infrecuentes desde hace años que no merece la pena hablar de este tema-.
Entiendo que las obras son objetos materiales o no, hechos con el tiempo que se necesite para ello, que pueden salir a la luz o no, que para quien los hace, construye, realiza o lleva a cabo producen un placer en el hecho de su realización, que puede ser independiente de su validación social, y que, desde mi punto de vista, responden a un deseo o necesidad de quien los hace.
Personalmente, se urden en la intimidad y la penumbra: no se enseñan sino una vez finalizados, y tienen un fuerte amarre en la vida de cada cual, son necesarias -si no, se tiran a la basura-.
Por lo tanto NO son objeto de una producción ni mercancías, no responden a la necesidad del otro ni a la creación de una necesidad en el otro, ni son objeto de especulación y vaivenes en su valoración, no cotizan ni se subastan con urdimientos ni sin ellos. No se hacen como churros ni en cadena. Ni necesitan firma ni ser marca.
(Para mí no hay nada más penoso que ver cómo un artista repite y repite su obra, en lo que me parece el autoengaño de LaMarca)
Si lo son, pertenecen a eso que se llama el mercado del arte, en el que ni Ud. ni yo estamos.
Así que olvídese de consignas, estrategias, grupos de interés, likes, insufribles rollos patateros introductorios de catálogos con palabraría vacía, narcisismos varios, curriculas hinchados, acceso a galerías (todavía existen?), palmaditas de directores de museos cerrados, parabienes de coleccionistas ¿de qué?, críticos y COMISARIOS... consecución de becas, bequitas, estancias, contactos, pare ya de hacer exposiciones y de dar la lata con ellas en los redes sociales, y deje de dar en ella la imagen de ARTISTA publicando continuamente chuminadas sobre el mundo del arte -esa cosa tan pequeña que solo les interesa a ustedes cuatro!!!!-
Deje de darse importanciaaaa. Sea un poco más humilde, mire a su alrededor y olvide su imagen de artista, su marca!!!
Y por favor, ya puestos, deje de hacer el ridículo con "La Cultura".
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Hace ya tiempo que me jarté de todo esto y sus circunstancias, y en especial de la palabrería, la jerarquía intangible pero muy perceptible que rige en cada mundillo del arte, calcadita del superior del superior del superior... toda esta majadería.
Propuestas de exposiciones estúpidas, llenas de más burocracia que mi trabajo en la administración, comisariadamente teledirigidas,..
Exposiciones con enorme esfuerzo en todos los sentidos que se diluye en nada.
Intentos de apropiacionismos comisariales.
¡Y la facilidad con la que te piden una exposición para quince días, mal montada en cualquier sitio, o una obra para exponer y luego donar a la entidad expositora!
Preferiría no hacerlo
Y no lo hago. Lo que hago no se sabe, pero ocurre en la intimidad, no es producción, y es para mí.
El gran problema del arte es la mercadería, en efecto.
ResponderEliminarQué luz la de la foto.
Casi prefiero hablar de la luz, Pedro, de la realidad que refleja esa foto tomada con un móvil, al asomarme a una puerta a las dos de la tarde y ver ese espectáculo que no suelo ver por no estar a esas horas en casa -las horas laborables presenciales de antes, que me lo negaban-. La luz entra en mi casa por todas partes cambiando según las estaciones, recibiendo al final de la tarde el reflejo de las ventanas del edificio de enfrente (los vecinos con los que aplaudo y me saludo y nos sonreímos), y la luz directa poniente por el otro lado, un hermoso patio.
ResponderEliminarSobre arte=mercado: esa es la única posibilidad que se ha impuesto, dejando a un lado todo las demás posibilidades. El arte es el mercado y lo que no está en él, no existe. Esa es la realidad impuesta por el sistema económico-social.
Un abrazo, y gracias por tus comentarios. Sé que sigues bien por tu blog, cuyos textos agradezo.
Despliegas unos pensamientos muy interesantes Casilda. Sobre cultura principalmente. Qué es la cultura?
ResponderEliminarUna recopilación condensada de conocimiento sintetizada en una obra de arte? Tu has creado muchas y sabes mucho más que yo.
Por cierto, la foto es bellísima.
Salud, mucha salud para ti y los tuyos.
Ah, Xavier, esto es solo mi postura ante un panorama del arte que se presenta a sí mismo como el único, el arte-mercado -aunque debería presentarse como "mercadoarte", para mayor exactitud, que obviamente ese sistema no desea-.
EliminarLas obras que yo he hecho están al margen de tal mundo, sistema, mercado y sus popitos. De lo que también, mira tú, se pueden sacar muchas conclusiones.
La fotografía es un rincón de mi casa, vieja o antigua, con sus problemas de edad, pero con grandes ventanas, toda exterior, ventilación cruzada, luz por doquier.. que mentalmente he comparado con lo que he leído hoy en este artículo:
https://elpais.com/economia/2020-04-24/las-verguenzas-de-los-pisos-espanoles-quedan-al-descubierto.html
que habla de lo poco habitables que son muchos de los nichos llamados pisos donde los españols se ven obligados a pasar sus días, visto desde el punto de vista actual de la vida confinada. Me ha parecido de un hipócrita-cínico increíble. Ahora caen del guindo lo que han estado proyectando y cobrando bien por planear esos "viviendas", que el artículo denomina "vergüenza", a mayor beneficio económico de los amos a los que han servido.
Si no lo has leído, está muy bien el artículo de Fernando Broncano.
Muchas gracias por tus comentarios. Un abrazo