Hace bastantes años, hacia 1989 ó 1990, cuando se sucedían los atentados terroristas y había quienes recibían o abrían inadvertidamente paquetes bomba, a una compañera que trabajaba de auxiliar administrativo en un departamento universitario de humanidades, le sucedió que le llevaron para su reparto entre el correo del día un paquete.
Al decirle a la Directora de aquel departamento de humanidades, señora fina de buena familia y exquisitos modales, que se había recibido, además de las cartas que le entregaba,"ese paquete", la buena mujer le respondió: ¡Ay, hija! Abrelo tú, no vaya a ser un paquete bomba.
Estos días me viene con frecuencia a la memoria esta devastadora anécdota.
Entre confinados y desescalados, personas muy cuidadosas de su salud, no reparan en que el resto de la humanidad más cercana, a la que no ven desde hace meses, también tiene salud que resguardar y personas cercanas o no a las que resguardar su salud, además.
Vivimos así entre muchas irrealidades que se entrecruzan fugazmente en pequeñas colisiones de malentendidos y perplejidades, entre la tibieza de quien sosegadamente nos habla y nos dice no vengas a trabajar ahora, y la rabia ante quien no parece entender cuál es la situación que vivimos y presiona y presiona para conseguir su miserable objetivo.
Entre el compañerismo y cooperación en el trabajo y la deshumanización a la que avoca la toxicidad ciega del egoísmo.
Eso sí, siempre muy sensibles y ofendibles al no, siempre tan lesionables, heribles, obcecadamente quejicas.
De acuerdo con tu punto de vista, Casilda.
ResponderEliminarLa pregunta: que es la imagen?
La imagen es un dibujo de fecha desconocida, hacia 2003-2006, que intenta representar algo visceral, el interior imaginado del cuerpo con muchos vasos sanguíneos y lo que quieren ser órganos desconocidos. Hablando acerca del tema artístico sobre lo que hemos vivido, un hombre de este mundo prefería no exponer lo corporal, la enfermedad, la muerte. A mí, por el contrario, me parecía que era y es lo que ha tomado la escena en la pandemia, aunque no se desee ni deseara: el cuerpo no ya como algo triunfante, perfectible a voluntad, el cuerpo narcisista. Sino el cuerpo no sujeto a nuestro voluntad ni deseo, el susceptible de enfermedad y muerte, el que tiene órganos, no solo belleza y superficie. Nosotros
EliminarGracias por tu comentarios, Xavier. Un abrazo
Hay gente así, que parece caminar siempre de puntillas para que no le manche el mundo.
ResponderEliminarSí, Pedro, y necesitan criados y quieren hacer de los demás sus utensilios mancillables en todos los aspectos, y creen que eso es justo.
EliminarUn abrazo