SOCIEDAD DE DILETANTES (, S.L.) & PAAARTNERS

(atadijos sin fraude) -equilibrios inefables-

domingo, 19 de julio de 2020

Esbozo de máscara











Esbozo de una máscara en tela,

prototipo o maqueta muy blanca,
como las arquitectónicas, muy platónicas e ideales

,,,>probando // probando < ,,,

y dentro de mis proyectos de vestiditos,

realizada a partir de las planos y alzados de nuestras cotidianas mascarillas caseras,

y movida por la fascinación que me producen las máscaras.



La mascarilla casera: historia en el confinamiento

Hubo una época del confinamiento, en el que las autoridades sanitarias no recomendaban el uso de la mascarilla ni mucho menos lo obligaban como ahora, por la sencilla razón de que no había en el mercado.

Hubo entonces una invasión en la red de modelos de mascarillas para hacer en casa, y una ola de solidaridad para que costureras y costureros del mundo elaboraran gratuitamente mascarillas para sanitarios, mayores y otras vecinos de riesgo ante el COVID. Ejércitos de máquinas de coser solidarias, kilómetros de tejidos adhoc, patrones, consejos.. y ante la falta de goma elástica para colgarlas de las orejas, búsqueda desesperada de cualquier goma que hubiera por casa que puediera valer, sacándolas de ropa vieja, y en muchos casos, de la ropa interior, las bragas, como me contaron en la mercería cuando reabrió, por fin, y nos proveíamos de metros y metros de gomas.

Ahora se venden mascarillas de tejidos de mil colores y modelos por doquier, y es frecuente llevarlas combinando con la ropa. Algunos modistos y diseñadores, ante la suspensión de bodas y eventos de ese cariz, sobreviven haciendo mascarillas.
Este primer esbozo, defectuoso y tal, se puede poner de dos modos, según se aten los lacitos, de manera que quede como el hombre/mujer elefante que se ve en las imágenes inferiores o como el indescriptible ser que mira arriba con tanta violencia.

El asunto lacitos se lo dedico a un profesional sanitario que se tomaba un descanso, muy agobiado entre trabajo y trabajo, en la terraza de un bar hace unos días, vestido con una máscarilla sanitaria con tres pares de cintas atada con sus tres perfectas lazadas. Hay que ser muy profesional para atar tanto lacito sin hacer nudos ni equivocarse: agobio y lacitos.






Ahora seguiré trabajando este tema en otros tejidos y colores, con las variaciones que vayan surgiendo de aquí y allá, incluyendo, claro, los errores, que son siempre muy interesantes de resolver. 

aunque este blancor fantasmal, y esta falta de rasgos 


[..] me es grata al corazón 
si no estuviera a punto de expirar


 de José Ángel Valente: "Figura", Fragmentos de un libro futuro (2000)

2 comentarios:

  1. Gracias, Pedro, te deseo lo mismo. La máscara desde el punto de vista higiénico no vale para ese fin, solo de manera disuasoria para hacer mantener la distancia de seguridad. A lo mejor tiene algún lado simbólico-mágico por descubrir. Un abrazo

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